Nota: Post adaptado de Wikipedia.
Examinemos el comportamiento práctico de un inductor cuando
se interrumpe el circuito que lo alimenta.
Esto nos permitirá mejor entender la función de los diodos de protección
en los circuitos en los que usemos, relés, motores o bobinas.
En la imagen de arriba aparece un inductor (que puede ser
por ejemplo el solenoide del relé que vayamos a usar en nuestro proyecto) que
se carga a través una resistencia y un interruptor (por ejemplo los pulsos que
le mande nuestro Arduino cuando lo estime oportuno con objeto de activar o
desactivar el relé).
En realidad, no existen inductores perfectos, y todos ellos llevan asociada una pequeña capacidad parásita, que podemos representarla gráficamente de forma punteada.
Está dibujado separado del inductor, pero en realidad forma
parte de él, porque representa las capacidades parásitas de las vueltas del
devanado entre ellas mismas.
Cuando el interruptor se abre (que viene a ser lo mismo que
cuando nuestro Arduino decide dejar de alimentar una bobina o un relé), la corriente solo
puede circular cargando las capacidades parásitas.
Para que la corriente que atraviesa el inductor se detenga
instantáneamente, seria necesario la aparición de una tensión infinita, y eso
es imposible. Por esa razón la corriente continúa circulando a través de las
capacidades parásitas de la bobina, el único camino que en principio tiene
disponible, cargando negativamente el punto alto del condensador en el dibujo.
En este momento , el de la interrupción de la corriente,
tendríamos un circuito del tipo RLC que oscilará con una frecuencia igual a la
inversa de la raíz cuadrada del producto de L por C. Siendo C la capacidad
parásita de nuestro elemento inductivo.
Si los aislamientos del devanado son suficientemente
resistentes a las altas tensiones, y si el interruptor interrumpe bien el circuito,
la oscilación continuará con una amplitud que se amortiguará debido a las
pérdidas dieléctricas y resistivas de las capacidades parásitas y del conductor
del inductor. Si además, el inductor tiene un núcleo ferromagnético, habrá
también pérdidas en el núcleo.
Como vemos en la fórmula anterior, las oscilaciones dependerán de la inductancia y de la capacidad parásita. A continuación os ponemos un par de ejemplos con capacidades de distinto tamaño para que se entienda mejor su implicación.
Hay que ver que la tensión máxima (conocida como
"sobretensión") de la oscilación puede ser muy muy grande, ya que el máximo de la tensión
corresponde al momento en el cual toda la energía almacenada en la bobina (que
es el producto de la inductancia de la bobina por el cuadrado de la corriente
que circula divido entre dos)
habrá pasado a las capacidades parásitas (cuya
energía es el producto de la capacidad por el cuadrado del voltaje dividido
entre dos) .
Y como las capacidades son pequeñas las tensiones resultante son
muy elevadas y pueden producirse
arcos eléctricos entre vueltas de la bobina o entre los contactos abiertos del
interruptor.
SI NO SE PRODUCE ARCO,
el comportamiento que tendríamos cuando abriéramos el interruptor sería algo parecido a esto:
que por la magnitud de la tensión, podemos ya imaginar el daño que podría ocasionar a la electrónica más delicada que encontrara en su camino.
SI SE PRODUCE ARCO
entre los contactos del interruptor,
el circuito no estará verdaderamente abierto y la corriente continuará
circulando. Los arcos no deseados constituyen un problema serio y difícil de
resolver cuando se utilizan altas tensiones y grandes potencias.
En el instante t1 se
produce un arco que dura hasta el instante t2. A partir de ese momento, la
inductancia oscila con las capacidades parásitas. En punteado la corriente y la
tensión que habría si el arco no se produjese.
Cuando las corrientes son pequeñas, el arco se enfría
rápidamente y deja de conducir la electricidad. En el dibujo de la derecha
hemos ilustrado un caso particular que puede producirse, pero que solo es uno
de los casos posibles. Hemos ampliado la escala del tiempo alrededor de la
apertura del interruptor y de la formación del arco.
Después de la apertura del interruptor, la tensión a los
bornes de la inductancia aumenta (con signo contrario). En el instante t1 la
tensión es suficiente para crear un arco entre dos vueltas de la bobina. El
arco presenta poca resistencia eléctrica y descarga rápidamente las capacidades
parásitas. La corriente, en lugar de continuar cargando las capacidades
parásitas, comienza a pasar por el arco. Hemos dibujado el caso en el cual la
tensión del arco es relativamente constante. La corriente del inductor
disminuye hasta que al instante t2 sea demasiado pequeña para mantener el arco
y este se apaga y deja de conducir. La corriente vuelve a pasar por las
capacidades parásitas y esta vez la oscilación continúa amortiguándose y sin
crear nuevos arcos, ya que esta vez la tensión no alcanzará valores demasiado
grandes.
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